¿Cuántos bosques perdemos anualmente?Esta pregunta realmente debería ser más amplia. ¿Cuántos ecosistemas naturales perdemos anualmente? Ya que no sólo tenemos bosques en nuestro país, sino que contamos con una gran diversidad de ecosistemas como pastizales, matorrales, arrecifes de coral, manglares, etc. (Cuadro 1). Por ejemplo, el desierto de Sonora contiene los famosos cactus gigantes conocidos como saguaros. Esos cactus de hasta 10 metros de altura pueden vivir hasta 200 años. Sin embargo, la transformación de estos ecosistemas áridos no se contempla en las medidas de deforestación.
Todos los países han perdido o siguen perdiendo ecosistemas naturales. Algunos países como Madagascar y Filipinas contienen actualmente menos del 10% de sus ecosistemas originales. La pérdida de estos ecosistemas significa un empobrecimiento desde muchos puntos de vista. Perdemos alternativas económicas (productos maderables y no maderables, fauna silvestre), perdemos bienes y servicios ambientales (retención de suelo, producción de oxígeno, fijación de carbono, mantenimiento del ciclo del agua, etc.) con consecuencias muy costosas como inundaciones y deslaves.
A pesar de que es obvio que existe una constante pérdida de nuestros ecosistemas naturales, desafortunadamente no es tan fácil determinar cuánto estamos perdiendo. Desde la década de 1970, cuando los satélites empezaron a enviarnos imágenes de la tierra, se inició la evaluación sistemática de los cambios en la cobertura de los ecosistemas naturales.
© WWF-Bosques Mexicanos
Todos los países han perdido o siguen perdiendo ecosistemas naturales. Algunos países como Madagascar y Filipinas contienen actualmente menos del 10% de sus ecosistemas originales. La pérdida de estos ecosistemas significa un empobrecimiento desde muchos puntos de vista. Perdemos alternativas económicas (productos maderables y no maderables, fauna silvestre), perdemos bienes y servicios ambientales (retención de suelo, producción de oxígeno, fijación de carbono, mantenimiento del ciclo del agua, etc.) con consecuencias muy costosas como inundaciones y deslaves.
A pesar de que es obvio que existe una constante pérdida de nuestros ecosistemas naturales, desafortunadamente no es tan fácil determinar cuánto estamos perdiendo. Desde la década de 1970, cuando los satélites empezaron a enviarnos imágenes de la tierra, se inició la evaluación sistemática de los cambios en la cobertura de los ecosistemas naturales.
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DefinicionesEs muy importante tener en cuenta las definiciones que utilizamos ya que de cada definición resultará una evaluación distinta. Una de las definiciones más utilizadas sobre deforestación es la acordada por la Organización de las Naciones para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Deforestación es “la conversión de bosques a otro uso de la tierra o la reducción a largo plazo de la cubierta forestal por debajo del 10%”. Esta definición implica que la pérdida debe ser permanente y que el sitio ha cambiado a otro tipo de uso (agricultura, pastizales, presas, o áreas urbanas) (FRA 2005).
Esta definición excluye explícitamente áreas en donde los árboles son removidos o el bosque ha sido deteriorado pero no ha disminuido a menos del 10% de su cobertura original o no ha sido reemplazado por otra actividad permanente.
En consecuencia cuando hablamos de deforestación, no estamos hablando del deterioro de los bosques. Sólo de aquellas áreas que perdieron total o casi totalmente su cubierta forestal. Si un bosque pierde 80% de su cobertura forestal, no se considera deforestación. Así que es mejor hablar de deforestación y degradación o deterioro. La degradación incluye cambios dentro del bosque que afectan negativamente la estructura o función del bosque o sitio reduciendo su capacidad de proporcionar productos y/o servicios (FRA 2005).
La degradación incluye la remoción de árboles sin tener que llegar a menos del 10% de la cobertura original del dosel y además incluye cambios que no se detectan con percepción remota (fotografías aéreas o imágenes de satélite), como la remoción de la madera en el suelo para leña y la remoción de otros componentes del bosque como musgos, epífitas, palmas, hongos y fauna silvestre.
¿Cuánto ha perdido México?Desde finales de la década de 1970 se empezaron a publicar estimaciones de la deforestación en México. El rango de estimaciones de deforestación es muy amplio y va desde 75 mil a casi dos millones de hectáreas por año (Lund et al. 2002). Las estimaciones de la FAO desde los 80s han sido bastante consistentes con un rango entre 350 y 650 mil hectáreas por año (Figura 1).
Figura 1.Diversas estimaciones de deforestación en México. Los círculos verdes son las estimaciones de la FAO.
Recientes análisis estiman que en México se perdieron 29,765 km2 de bosque (superficie equivalente al estado de Guanajuato) de 1976 a 1993, mientras que de 1993 a 2000 se perdieron 54,306 km2 (superficie equivalente al estado de Campeche). La tasa de deforestación aumentó del primer al segundo periodo, de 175 mil hectáreas a 319 mil hectáreas anuales (Velásquez et al. 2002).
La FAO documentó una deforestación de 314 mil hectáreas anuales de 2000 a 2005 (ver información de la FAO). Si bien esto se ha tomado como una buena noticia, existen varios problemas con esta estimación.
¿De dónde proviene la información?Los reportes de la FAO han sido criticados periódicamente por varias razones (Hoare 2005):
La utilización del término “cambio forestal neto”, que cancela la pérdida de bosques naturales por la expansión de plantaciones. Esto oculta la verdadera superficie de pérdida de bosques.
La definición de deforestación no incluye la degradación ni la fragmentación, lo que subestima el impacto humano en los bosques.
La definición de “bosque” es muy amplia (cobertura de dosel de más de 10%) y no permite identificar la diversidad de bosques.
Las plantaciones se incluyen con los bosques, obscureciendo el estado de los bosques naturales.
Las áreas deforestadas temporalmente se excluyen subestimando la deforestación
En suma, los críticos enfatizan el hecho que debido a estas razones los cálculos de la FAO a menudo subestiman el problema de la deforestación.
¿A que se deben la pérdida y deterioro de los ecosistemas naturales?La pérdida y deterioro de ecosistemas naturales se debe a muchas causas. Algunas son evidentes como la tala ilegal de bosques y selvas, el sobrepastoreo de cabras en zonas áridas, los incendios provocados y el avance de la agricultura y la ganadería. Detrás de estos factores, sin embargo, hay raíces más profundas relacionadas con aspectos históricos, culturales, sociales, económicos y políticos.
¿A que se debe la pérdida de los bosques y las selvas?Varios factores contribuyen a la deforestación y su importancia relativa depende de la región. A continuación se presentan en orden de importancia.
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1. Conversión a agricultura y ganaderíaEl avance de las tierras agrícolas y ganaderas reemplaza a los bosques. En algunos sitios el avance se debe a razones de subsistencia, mientras que en otros se debe a razones comerciales (agricultura o ganadería de exportación). Muchas de las tierras convertidas no son aptas ni para la agricultura ni para la ganadería, ya que sus suelos son escasos y pobres en nutrientes. El resultado es baja productividad a muy alto costo, por la pérdida de ecosistemas, flora y fauna y sus bienes y servicios. Después de un tiempo las tierras “desmontadas” son abandonadas debido a su reducida productividad. El caso más obvio en México es la conversión de selvas tropicales en Veracruz y Tabasco en zonas agrícolas y ganaderas.
2. Conversión debido a desarrollo de infraestructuraLa construcción de carreteras, infraestructura eléctrica, presas, minas y los desarrollos turísticos también contribuyen a la deforestación, tanto por sus efectos directos como por los indirectos. Las carreteras eliminan amplias franjas de bosques y selvas en donde además de causar la pérdida del hábitat, ocasionan su fragmentación, es decir, el aislamiento de los ecosistemas forestales remanentes. Además, las carreteras proporcionan acceso a la colonización y la subsecuente conversión de bosques y selvas. Por ejemplo, el desarrollo de la carretera de Escárcega a Chetumal en la base de la península de Yucatán en la década de 1970, propició la colonización y acabó con las selvas del sur de Quintana Roo. El proceso continúa actualmente en Campeche. Los desarrollos turísticos también han acabado con el ambiente circundante en Acapulco y Cancún.
Las presas Temascal (construida durante el gobierno del Presidente Miguel Alemán) y Cerro de Oro (Miguel de la Madrid) sobre el río Papaloapan en Oaxaca, y la Nezahualcóyotl (Raudales de Malpaso), Angostura (Belisario Domínguez), y Chicoasén (Manuel Moreno Torres) sobre la cuenca del río Grijalva en Chiapas, construidas de la década de 1950 a la de 1980, resultaron en la eliminación de amplias superficies de ecosistemas y en el desplazamiento de miles de pobladores indígenas. La colonización de otras regiones aledañas también resultó en pérdida y deterioro forestal.
3. Manejo forestal para obtener maderaEl aprovechamiento forestal ha sido muy selectivo sobre las mejores especies de árboles y los mejores individuos (árboles grandes y rectos), de manera que generalmente los bosques han sido “descremados”, afectando su composición, su estructura y su función. Durante los últimos 25 años, el manejo ha ido mejorando y algunos propietarios de bosques (principalmente comunidades y ejidos) se han preocupado por perfeccionar su manejo forestal. Sin embargo, la proporción de bosques manejados con criterios ambientales es muy baja, mientras la extracción ilegal que deja a los bosques altamente deteriorados es muy alta.
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En los estados de Oaxaca, Michoacán y Durango se pueden observar bosques bien manejados, aunque en su mayoría tienen las cicatrices (composición y estructura) de anteriores aprovechamientos forestales inadecuados. Bosques deteriorados debido al mal manejo forestal se pueden ver en todos los estados de la República; por ejemplo, en los Estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, la caoba y el cedro fueron deforestados casi en su totalidad debido a la extracción inmoderada de los años 50sy 60s. La vegetación actual es el resultado del impacto de la remoción de la caoba y el cedro.
4. Manejo forestal para obtener pulpa y papelLa obtención de pulpa y papel de los bosques también puede deteriorarlos. Aunque la mayoría de estos materiales se produce actualmente en bosques en regeneración y plantaciones, una proporción se genera en bosques naturales. Si bien las plantaciones son una alternativa para obtener estos productos, no deben sustituirse bosques naturales por plantaciones, ya que éstas no proporcionan el hábitat necesario para fauna y flora, ni los servicios ambientales que proveen los bosques naturales.
5. Obtención de leña y carbónEn la actualidad, la leña sigue siendo la principal fuente de energía en comunidades rurales. El impacto de su recolección es poco notable pero es constante y deteriora el bosque. Aunque no se cortaran árboles para obtener leña, la continua recolección de ramas y troncos del suelo elimina hábitats para muchos organismos y nutrientes, lo que impide que el bosque siga siendo productivo.
6. Deterioro por contaminación atmosférica La contaminación atmosférica causa la llamada “lluvia ácida”, que es la precipitación con altos niveles de ácido nítrico o sulfúrico. Estos ácidos afectan a los organismos directamente, como es el caso de muchos árboles que se debilitan y son afectados por plagas. Sin la contaminación, los bosques en buen estado de salud son más resistentes a las plagas. El Parque Nacional “Desierto de los Leones” y otras áreas boscosas alrededor de la Ciudad de México se han deteriorado debido a la contaminación atmosférica.
7. IncendiosEl uso del fuego en la agricultura y la ganadería es intenso y generalmente se escapa hacia los ecosistemas forestales. Esto, aunado a sequías como la de 1998, causa un alto deterioro. A menudo los incendios son provocados para facilitar el cambio de uso del suelo. Grandes extensiones de selvas y bosques se quemaron en la península de Yucatán, Chiapas y Oaxaca durante los incendios de 1998.
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¿Cuáles factores indirectos causan la deforestación?La pérdida de bosques y selvas tiene lugar debido a las actividades mencionadas anteriormente pero éstas, a su vez, son influenciadas desde áreas remotas por aspectos sociales, económicos y políticos conocidos como “causas subyacentes”.
1. Impactos por la presión poblacionalA menudo se culpa al aumento de la población de la deforestación. Sin embargo, este aumento es responsable si está aunado a otros factores como escasas oportunidades económicas, sistemas agrícolas no sustentables, acceso a madera y a otros mercados. Los programas de reubicación de gente (migración forzada) han tenido un impacto muy alto en la pérdida de ecosistemas forestales. Un ejemplo se puede constatar en la reubicación de gente en la región de Balancan-Tenosique, en Tabasco, o en Uxpanapa, Veracruz.
2. Vínculos con la pobrezaEn áreas con alta marginación, las poblaciones rurales optan por soluciones a corto plazo, como la transformación de los bosques y selvas en zonas de agricultura y/o ganadería. Esto refuerza el círculo de pobreza, ya que las áreas convertidas no son apropiadas para estas actividades, requieren de altos insumos y tienen bajos rendimientos.
3. Tenencia de la tierraEn muchos países, la propiedad se demuestra mediante el desmonte de selvas y bosques; por otro lado, las leyes crean incentivos para deforestar y para que la tierra no esté“ociosa”. Sin embargo, las tierras “ociosas” proporcionan hábitat para flora y fauna y generan bienes y servicios ambientales que no valoramos (oxígeno, suelo, agua, productos del bosque).
4. Incentivos perversos de políticas económicasLos subsidios gubernamentales para la agricultura y la ganadería y otras actividades tienen como consecuencia la desvaloración de los recursos forestales y fomentan la deforestación.
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5. Expansión de agricultura comercial de exportaciónPresiones nacionales e internacionales fomentan incentivos para desarrollar agricultura con plantaciones forestales y sus respectivas cosechas de exportación como plátano, palma de aceite, café y chile en países en desarrollo. En México las exportaciones agrícolas más importantes son las frutales (mango, aguacate y papaya), las hortifrutícolas (fresa, melón y pepino) y las hortícolas (brócoli y calabaza). Por ejemplo, en los últimos años el aumento en la producción de aguacate para exportación ha modificado el paisaje michocano y ahora es común observar huertas de aguacate. De igual forma, las selvas secas de Oaxaca están siendo transformadas en campos de cultivo para tequila y mezcal.
6. Falta de gobernanza y de buenas políticas de conservaciónGran parte de la deforestación sucede ilegalmente, auxiliada por prácticas corruptas y por falta de capacidad de instituciones gubernamentales y sociales.
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